miércoles, 4 de abril de 2012

Golosinas en forma de cigarrillos: ¿Motivan a fumar?


La Defensoría del Pueblo denunció hoy que en las inmediaciones de diversos colegios a nivel nacional se venden chicles en forma de cigarros, “lo que evidentemente estimula la adicción desde temprana edad”. La institución, agregó, que esta situación contradice la política de salud pública de alertar sobre las consecuencias del consumo de tabaco.


Según los best-sellers "Brandwashed" y "Buy-ology", ambos libros escritos por Martin Lindstrom, y dedicados a estudiar los verdaderos motivos por los cuales las personas compramos un producto u otro, este tipo de casos tienen un efecto directo en la mente. Explican que si un producto es consumido durante la niñez, al momento de crecer aquella persona seguirá buscando dicho producto ya que éste evoca sentimientos de nostalgia y seguridad, por lo cual lo seguirá consumiendo y muy probablemente se lo comprará a sus hijos.

En este caso, es importante tomar en cuenta que la percepción de los niños es altamente visual; el diseño de los empaques, los colores y las tipografías tienen una gran importancia al momento de preferir un producto sobre otro. En este caso, considero que que la forma de cajetilla de cigarros puede posicionarse de manera en la mente de los niños, que posteriormente es muy probable que al ver una cajetilla de cigarros real tengan una inclinación inconsciente hacia ella. Se trata de simple asociación.

Por supuesto, esto no determina 100% que un niño que consuma estos chicles vaya a ser fumador, pero hay que tener en cuenta que los niños son naturalmente curiosos y pueden fácilmente relacionar una cosa con otra. Un ejemplo extremo, podría ser el de una bebida cuya botella tenga forma de pistola y que en una nefasta situación, pueda llevar a un niño a colocarse un arma real en la boca.

El riesgo es legítimo, entonces ¿para qué correrlo?

Pueden leer la noticia al respecto en este link.

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